Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

martes, 20 de mayo de 2014

España va bien

Jamás nadie pensó que un político en activo pudiera volver a poner en su boca aquella famosa frase de Josemaría Ansar pero, ayer noche, el inefable González Pons volvió a repertirla.  Si, España va bien.  González Pons tiene cara de pánfilo y en ocasiones ejerce de tal.  Con una mirada seria, inquisitiva en ocasiones, no desperdicia nunca una oportunidad de decir cualquier tontería a mayor gloria del PP.  Ya se lució con el anuncio de los 3.5 millones de puestos de trabajo (en el titular pone 35 millones pero no hagan caso, es La Razón) pero ayer se superó y volvió micos a los escasos 800.000 espectadores que siguieron el debate a 6 que retrasmitió TVE.

Y es que González Pons volvió a sacar pecho con el asunto de los deshaucios en España.  Sí, con los del pasado año, un 11% más que el año anterior

Tiene un estómago que puede con todo.  Es un digno número 2 de Cañete.  Le da lo mismo arriba que abajo, so que arre.  Le es indiferente cualquier tipo de argumentación: no se sale del guión ni en la entonación de las frases.  Y eso que tuvo golpes graciosos con sus románticas declaraciones de amor a España, Valencia, y sobre todo a Cataluña y los catalanes.  Allí, hay que reconocerlo, se ganó al respetable porque, a quien más y a quien menos, le gustan en el fondo las comedias románticas y bobaliconas con final felíz.

Del España va bien del pepero Pons podríamos pasar a la buena dialéctica de Jaúregui, buena pero vacía.  No dijo absolutamente nada.  Pero nada de nada.  Bueno, sí, en su última intervención para criticar al de Izquierda Unida por haber recordado en todas las intervenciones las veces que han votado lo mismo el PP y el PSOE (dicen que más de un 70% ).  Eso le tocó la moral.

Y todo eso en una campaña inexistente, sin ambiente, y con una previsión de abstención histórica lo que no implica la derrota del PPSOE, todo lo contrario.

La pérdida de votos de los grandes partidos se refugia en la abstención y es reacia a un cambio de siglas.  ¿Por qué, se preguntarán ustedes?

Quizá la mejor respuesta nos la dé un comentario a esta noticia:
Todos los Sábados iban con los niños a cenar al McDonald o al BurgerKing. Cuando se quedaron sin curro, como cobraban el paro, pues seguían yendo a cenar al McDonald o al BurgerKing, Cuando el banco se quedo con el piso (les dijo que no lo habían pagado del todo y que no era de ellos y que debían parte de los intereses y el principal) y se tuvieron que ir a vivir con los abuelos iban un Sábado al mes a cenar al McDonald o al BurgerKing. Cuando ya no tenían ingresos, por agotar las prestaciones, le pidieron al abuelito que les prestara un dinero para ir el Sábado a cenar con los hijos al McDonald o al BurgerKing y va el abuelito y les dice que mejor hace la abuelita unas hamburguesas en casa y que seguro que están más ricas. Pensaron que se trataba de demencia senil, como si hubiera alternativa mejor que el McDonald o el BurgerKing. Pues si que la hay, entre la barbarie capitalista y el comunismo, yo elijo comunismo y votaré en consecuencia.

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