Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Abraham Lincoln

jueves, 12 de julio de 2012

Críticas a Rubalcaba

¿Y por qué?  Si es el gobierno del PP, si es Mariano en persona, quien ayer anunció una serie de medidas para realizar un ahorro fiscal de 65.000 millones de euros (no hace tanto fueron 20.000 más a los que hay que sumar...)  Sí, el Mariano (ante el silencio de Espe) el que sube impuestos y recorta salarios.  La gente se cabrea, sale a la calle.  Los votantes del PP se esconden en los portales y no reconocen a su partido mientras la bancada popular aplaude con las orejas entre gritos de olé y torero, torero cada recorte expuesto por Rajoy.

Y si eso es así, ¿por qué las críticas a Rubalcaba?  Por su tibieza.  Rubalcaba sólo se indignó un poquito y en las formas, no el fondo.  Propuso un gran pacto nacional, como cabeza visible de una oposición responsable, y eso cabreó bastante a algunos diputados del PSOE que pedían más izquierda.

Pero en realidad el PSOE no puede hacer otra cosa, ya hace tiempo que vendió su alma y sus dirigentes han asumido perfectamente su papel, tanto que incluso sus formas exteriores "rojas" se están difuminando  hasta en el discurso.  Es su realidad.

Pero sus cargos públicos están preocupados: las encuestas, una tras otra, de manera firme y constante evidencian la separación del PSOE con su electorado y en plena crisis y medidas de recortes sociales y subidas de impuestos, la bajada del PSOE en intención de voto sólo es comparable a la del PP.  Más izquierda, piden algunos diputados del PSOE, más izquierda piden otros cargos públicos. Y claro, Rubalcaba, el Secretario General que salió de un Congreso dividido, el Secretario General que fue ministro del Interior en el anterior gobierno, el ministro que comenzó la era de los recortes allá por el 2010 sabe que el PSOE no puede ofertar más izquierda.

Sabe igualmente que estos no son los últimos recortes, que a final de año (si no antes) vendrá otro paquete importante y que en la calle ya hay mucha gasolina así que tiene que hacer algo.

Las previsiones son de un aumento de las movilizaciones y de un mayor abundamiento de la crisis por lo que las siguientes medidas de recortes afectarán a las pensiones, a los funcionarios (otra vez), nuevas subidas de impuestos y más recortes sociales (y políticos de paso) y eso puede llevar a un país en llamas que provoque el adelanto de las elecciones.

Por eso Rubalcaba tiene que volver a sacar la bandera roja y agitarla por las calles.  En breve volverá el debate anticlerical que tan buenos resultados ha dado al PSOE en estos años pasados y endurecerá el discurso contra el PP para evitar seguir cayendo en las encuestas y no generar una crisis interna.

¿Es eso bueno?  Sí, lo es para la democracia (no la española, la de verdad) ya que ante las nuevas elecciones los dos grandes partidos españoles se verán abocados a un gran acuerdo nacional, a un entendimiento, quien sabe si a un gobierno de coalición y eso es necesario, hace falta.

Hace falta que el PP y el PSOE gobiernen en coalición para que juntos apliquen las medidas de "ajustes" y "reformas" que terminen de cabrear a la población y quite de una vez por todas la careta a la falsa izquierda española.  Hace falta que los electores sitúen a todo el mundo en su sito, a la derecha en la derecha y a la izquierda en la izquierda, más allá de nominalismos estériles, para que podamos, de una vez por todas tener una democracia en la que se confronten sistemas, propuestas y modelos y no tan sólo gestores.

2 comentarios:

METAL dijo...

Comparto el análisis. El PSOE sustenta a la monarquía y mantiene adormecida a la gran parte de la izquierda acrítica y tradicionalista.

Víctor C. dijo...

Estamos yendo a la situación de Grecia. El bipartidismo caerá fuertemente y para seguir en el poder deberán gobernar juntos, en definitiva son la misma cosa, sus políticas no difieren, pues ambos son dóciles y sumisos a los mercados, y por tanto, esté uno o el otro, se aplicará aquello que dicten los mercados.

Pero insisto, me parece tremendo que no se den cuenta que nuestro destino es el de Grecia, estamos haciendo lo mismo que condujo a Grecia a su situación. Creía que se aprendía del ensayo y del error, en este caso de error, pero veo que no, o que no interesa aprender del error. Los ciudadanos no les importan. Y sí, están impregnando las calles de gasolina y pueden arder de un momento a otro.

Saludos.